El Significado de una Fotografía

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Los seres humanos percibimos el mundo que nos rodea a través de nuestros sentidos. Gracias a la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto captamos la energía física del ambiente y la transformamos en señales nerviosas que son enviadas al cerebro.

La experiencia sensorial nos ofrece una gran cantidad de información. Sin embargo, inconscientemente seleccionamos sólo los estímulos que más nos interesan. Durante la percepción, organizamos y discriminamos los estímulos exteriores, concentrando nuestra atención en aquellos que nos proporcionan información útil.

La información procedente de nuestros sentidos es analizada e interpretada por el cerebro. De esta forma, las sensaciones adquieren un significado en nuestra mente, moldeadas por la experiencia previa y las pautas culturales de cada individuo. Podemos decir que en cierto modo, cada persona percibe su versión particular del mundo.

Personas

Cada persona percibe su propia versión del mundo

La Visión y la Cámara Fotográfica

Por medio de la visión percibimos un mundo complejo, en continuo cambio. El cerebro hace un procesamiento inmediato de las imágenes que recibe, seleccionando de forma inconsciente aquello que es más relevante.

Existe una tendencia de la mente a geometrizar o simplificar las imágenes complejas, A partir de los estímulos recogidos por los ojos, el hombre selecciona, organiza, agrupa e interpreta la información percibida para darle un significado coherente.

La cámara fotográfica funciona de forma muy diferente. Es un aparato mecánico que no es capaz de discriminar los elementos más significativos de una escena. La cámara fotográfica opera con fidelidad, registrando imparcialmente todos los elementos situados dentro del encuadre.

Ojo y Cámara

Aunque el funcionamiento de la cámara fotográfica ha sido equiparado con el de del ojo humano, existen grandes diferencias cualitativas

Es el fotógrafo quien debe hacer, en el momento de la toma, una elección entre infinitas posibilidades. La persona que está detrás de la cámara debe mirar cuidadosamente a través del visor y decidir la pequeña parte del mundo y el instante que le interesa registrar.

Ser fotógrafo consiste en aprender a ver imágenes que resultarán atractivas, extrayéndolas de complejo, confuso y cambiante entorno que nos rodea. Quizás la diferencia entre una imagen ordinaria y otra excepcional sea la capacidad de mostrarnos lo sustancial

Dominar los medios técnicos de la fotografía no es suficiente para realizar fotografías que merezcan la pena. Las buenas fotografías se obtienen desarrollando la mirada y no con el simple uso de los mejores flashes de estudio, la cámara con más megapíxeles o potentes teleobjetivos. Por este motivo, muchos fotógrafos miran a menudo a través del visor, aunque no se tenga la intención de disparar.

El Significado de una Fotografía

Cuando miramos una fotografía se superponen tres realidades: el hecho fotografiado, la mirada del fotógrafo en el momento de la toma y la interpretación de la imagen que hace el espectador. Cada una de estas realidades es diferente y está influida por los orígenes sociales, la ideología, la inteligencia, la sensibilidad o el inconsciente del fotógrafo y del espectador.

Una imagen debe ser capaz de trasmitirnos alguna idea o emoción

Una imagen debe ser capaz de trasmitirnos alguna idea o emoción

Una imagen debe ser capaz de trasmitirnos alguna idea o emoción. En ningún caso debe aburrirnos o dejarnos indiferentes.

Las imágenes más valiosas no se limitan al registro básico de la escena, sino que aportan un significado adicional: muestran un conflicto ético, transmiten una inquietud existencial, sugieren un mensaje poético… En definitiva, extraen el sentido de los acontecimientos reales, acercándolos al mundo de las ideas.

El marco de una fotografía delimita una pequeña parcela de la realidad: todo lo que había a su alrededor no ha quedado registrado. Así, llamamos fuera de campo al espacio situado más allá del encuadre. El fuera de campo es lo que el espectador cree que hay alrededor del encuadre basándose en la información que ofrece la imagen, y su utilización puede llegar a ser muy sugerente. En este sentido, la fotografía nos propone un interesante juego de revelación-ocultación en el que las mejores imágenes son las que excitan la imaginación, las que exigen un esfuerzo interpretativo porque no lo explican todo.

La fotografía tiene la capacidad de congelar un instante. Cuando se pulsa el disparador se detiene el tiempo. Es un instante cargado de tensión: es la frontera entre un pasado y un futuro. Nuevamente aparece el juego de revelación-ocultación y es el espectador quién debe imaginar lo que ocurrió antes y después de la toma.

Existen excelentes trabajos fotográficos que documentan cómo afecta el paso del tiempo al entorno y las personas. Son tomas sucesivas realizadas de forma periódica en los mismos lugares o con la participación de las mismas personas. Un trabajo ejemplar es la serie Ausencias del fotógrafo Gustavo Germano, sobre los desaparecidos en la dictadura de Argentina.

Recuerdo también la película Smoke, dirigida por Wayne Wang con un guión de Paul Auster, en la que el protagonista, dueño de un estanco, tomaba todos los días una foto desde el mismo lugar (la entrada de su establecimiento) y a la misma hora.

Este artículo ha sido publicado el día 20 de febrero de 2013 en la sección